Amor bibliotecario

Posted on 9 de agosto de 2013 por

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Es verano, tiempo de excesos y pocos rigores además de los del calor, y el grupo Durga ha encontrado un texto engañosamente modesto sobre lo que realmente marcará el futuro de las bibliotecas. Trascendiendo la virtualidad de internet, los libros-e y otros muchos escollos en el camino, lo verdaderamente importante será la disposición de los bibliotecarios y ésta debe fundarse, según la autora del artículo del que a continuación os ofrecemos la traducción, en el amor. Así de sencillo. Así de complicado.

Greta Thyssen does the blonde captive bit on the steps of New York’s public Library with the help of a shaggy sidekick during the city’s annual “Salute to Fall”….10-12-1967

Greta Thyssen en las escaleras de la New York Public Library (1967) en una reinterpretación de «La bella y la bestia» donde, aclaramos, la bestia es el bibliotecario.

Amor bibliotecario

[ Título original «Librarian love«, publicado por Loretta Staal, bibliotecaria en la Biblioteca Pública del condado de Harford, Maryland-EE.UU. ]

El tema de esta semana en el MOOC “Atlas de la nueva Biblioteconomía” tiene que ver con la comunidad y con la credibilidad. He estado dando vueltas a la idea de qué forma una comunidad y de cómo se definen límites para distintas situaciones. ¿Qué factores hacen a un bibliotecario fiable*? Es un tema para reflexionar y la mayor parte de la reflexión en las charlas y los textos se orienta hacia el servicio al usuario. Los bibliotecarios como profesión son una comunidad y los bibliotecarios que trabajan juntos son una pequeña comunidad que sirve también al menos a una comunidad.

La primera palabra que viene a la mente cuando se piensa sobre qué es la credibilidad, es la palabra «fiable». Como ¿es fiable el recurso, o el enlace, o la información que acabo de dar por teléfono a una persona? La información y los recursos que la gente consigue en el mostrador de referencia, en la web de la biblioteca o en el chat del bibliotecario deben ser fiables, veraces, evaluados y revisados. La información y los programas deben ser provechosos, no basura. Muy frecuentemente, la primera pregunta que una persona hace al bibliotecario del mostrador de referencia no es la cuestión que quiere plantear. Lo que hace es poner primero a prueba la credibilidad del bibliotecario y su capacidad de provocar confianza. Una vez establecida esta confianza, el usuario realiza las verdaderas preguntas y comienza el diálogo. Durante la operación el bibliotecario debe establecer y mantener la credibilidad e implícito en esta credibilidad va mostrar una verdadera preocupación por las necesidades de los demás. Lo que me lleva a pensar que los bibliotecarios de sala parecen tener más credibilidad que los que se sientan en un escritorio.

Al leer el texto y algo de la discusión, me encontré a mí misma pensando en la palabra amor. Este es el puente que conecta a la comunidad a sus bibliotecarios. Los bibliotecarios no pueden servir a su comunidad de manera efectiva a menos que haya un elemento de amor por ésta y por sus usuarios. Es el amor lo que origina la credibilidad. Cuando un bibliotecario es auténtico y sincero hará lo que sea necesario para satisfacer una necesidad. La gente sabe cuándo es querida y cuándo se le trata con condescendencia. En un grupo de bibliotecas en Facebook un bibliotecario se burló de la forma en que una persona pronunciaba la palabra «biblioteca» y también del hecho de que esa persona solicitara una tarjeta de la biblioteca presentando como identificación un documento de identidad carcelario. La falta de consideración por la comunidad de este bibliotecario era evidente y se tradujo en una justificada reprimenda por parte de sus compañeros.

Siempre he pensado que las bibliotecas son una especie de instituciones sagradas. Michael Gorman expresó esto muy bien en su libro Nuestros valores perdurables. Hay otro libro escrito sobre el carácter sagrado de las bibliotecas aunque ahora no recuerdo el título. En cierto sentido, los bibliotecarios administran las necesidades de la comunidad. Escuchan a las personas y buscan información para aquellas que no pueden hacerlo por sí mismas. «La misión de los bibliotecarios es mejorar la sociedad facilitando la creación de conocimiento en sus comunidades» (Lankes). Cuando los bibliotecarios tienen credibilidad y cuando aman a su comunidad, hacen del mundo un lugar mejor. Los bibliotecarios que demuestran mucho amor por su comunidad son los que reciben más amor de ella.

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* El texto original juega con los términos «credibility» y «believability», difícil de mantener en la traducción por lo que hemos optado por dar más sentido al texto en español aun perdiendo el juego de palabras.

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Posted in: Drink-Tank, Zurito