1. Intro.
Una alcaldesa dice que no dijo las siguientes palabras, que quedaron grabadas en un programa de radio: «Las bibliotecas no dan nada de dinero, y hay 14 personas trabajando en ellas». Puede que no las dijera ni las pensara ni nadie piense como ella, pero lo cierto es que un argumento recurrente vuelve de vez en cuando a las bocas de los tertulianos y de muchos medios de comunicación: «hay formas mejores de gastar nuestros impuestos antes que en bibliotecas», cuando nos sitúan en la disyuntiva falsa de «¿qué queréis, bibliotecas o sanidad, educación y justicia?». Sí, esto es algo que mucha gente piensa.
Las declaraciones de la alcaldesa provocaron una airada reacción, y no sólo por parte de bibliotecarios que temen por su trabajo, sino por muchas personas que opinan que qué barbaridad es esa de que las bibliotecas den dinero.
2. Debate.
Se produce entonces un curioso debate donde sólo oímos a una de las partes, la agraviada, que ofrece argumentos y valoraciones tales como:
- Las bibliotecas no son un negocio
- La alcaldesa está imputada por prevaricación
- Esas 14 personas llevan 2 meses sin cobrar
- Para qué se creerá que sirven las bibliotecas esa señora
- Como es del PP es enemiga de la cultura
La única aportación de la propia alcaldesa al debate que haya podido leer ha sido decir que sus palabras han sido sacadas de contexto: «La regidora no entiende que de sus declaraciones se puedan interpretar afirmaciones sin sentido, de forma malintencionadas y sacadas de contexto» con lo que no entra en el debate propuesto. Y nos quedamos sin debate sobre si las bibliotecas dan o no dan dinero.
3. Tesis.
Las bibliotecas sí dan dinero. Tenemos pruebas. Tenemos datos que lo muestran.
Resulta necesario, eso sí, que entre nosotros digamos además ¡qué barbaridad, claro que las bibliotecas aportan mucho a la sociedad, claro que cumplen una labor, claro que llenan un espacio, claro que están para algo! Tenemos nuestros manifiestos para ofrecer a quien quiera leerlos. Pero es posible que el público en general, o lo que es más importante, el contribuyente, o lo que es más crucial, el gobernante, nos diga: «Sí, lo que dicen esos manifiestos está muy bien, pero cuesta dinero y no hay dinero».
Por eso, además de nuestros manifiestos, tenemos que ofrecer datos, informes, estudios, pruebas. En mi búsqueda he recopilado comentarios en Facebook de compañeros de profesión que creo que sirven para alimentar la tesis:
José Ignacio Gallego: «Creo que en España se arrastran problemas graves para los que no se vislumbra solución -el desempleo juvenil, el abandono escolar, la despoblación rural, la formación de adultos, el acceso a la cultura, la integración de minorías, la brecha digital…- y en los que las bibliotecas podrían intervenir a un coste razonable y con bastantes posibilidades de realmente marcar la diferencia. Pero hay que establecer de alguna manera parámetros para evaluar todo esto y en las bibliotecas hacemos muchísimas estadísticas sobre uso pero nada que evalúe nuestro impacto en este tipo de asuntos, supongo que porque hasta ahora no los hemos considerado un objetivo sino una consecuencia de nuestra labor.»
Julio Pesquero: «¿Es la biblioteca un servicio imprescindible?¿Lo es más que la sanidad o la educación? Sé que vamos a decir que sí pero esa concepción es muy endogámica. Los bibliotecarios trabajamos mucho hacia dentro y cuando nos piden cuentas damos las del Gran Capitán.»
Felipe Zapico: «Las bibliotecas van después de la sanidad y con la educación, pero mucho antes que el ejército, la policía y por supuesto muy por delante de todos los políticos.»
Eusebio Gómez: «Supongo que conocéis la respuesta de los compañeros de Telde a la elementa de PP ¿no? “¡Sí! las bibliotecas dan riqueza señora Castellano pero, lástima que no sea la que prima en este sistema capitalista: una riqueza cultural necesaria para nuestra sociedad.”
Honorio Penadés: «Creo que con manifiestos como este no es que no vayamos a ninguna parte, sino que nos quedamos donde estamos, sentados a la puerta, esperando ver pasar el cadaver de nuestro enemigo: «La lástima es que si nos cierran las bibliotecas ya no vamos a poder tener siquiera libros para evadirnos de tanta miseria. ¿No es triste?» Osea que si las bibliotecas lo que dan son libros para evadirse, apaga y vámonos (que nos echan).»
José Ignacio Gallego: «Creo que debemos ir más allá de oponernos a los recortes porque las bibliotecas no son un problema más de los muchos que hay ahora mismo en España, las bibliotecas -como la ciencia, la universidad, la escuela…- son la solución y eso es lo que tenemos que demostrar con cifras, con datos, con evaluaciones transparentes no, transparentísimas, para que la sociedad tenga toda la información posible sobre en qué y cómo se gasta su dinero y porqué y cómo un euro gastado en bibliotecas tiene un mayor retorno socioeconómico que un euro deducido al magnate de Eurovegas. Ese es el reto, que lo que decimos tenga un respaldo.»
Julio Pesquero: «Para mi la cuestión es ¿qué le ocurre a la comunidad de, por ejemplo Zamora, si se cierran sus bibliotecas? ¿Aumenta el analfabetismo y en qué grado, hay menos formación, disminuyen las posibilidade de encontrar empleo, se detecta menor compromiso politico o social…? Y quiero que eso me lo digan estudios cuantitativamente fiables y sobre todo quiero que me lo digan los ciudadanos, los afectados.»
4. Propuesta económica.
Resulta que muchas bibliotecas y organizaciones bibliotecarias han decidido ensuciarse hablando de dinero, han sacado la calculadora y se han puesto a tomar datos, elaborar o encargar estudios e informes sobre su valor económico, y publicarlos. La pregunta clave es: De cada euro o dólar o yen invertido por la sociedad en la biblioteca ¿cuánto devuelve la biblioteca a la sociedad, contado en dinero?
Ejemplos de valoraciones económicas:
British Library: http://www.comunicacion-cultural.com/2013/06/17/la-british-library-demuestra-la-viabilidad-y-el-valor-de-su-gestion/
http://pressandpolicy.bl.uk/imagelibrary/downloadMedia.ashx?MediaDetailsID=1903
Florida: https://bibliotecas2029.wordpress.com/2012/10/22/lo-esencial-lo-invisible-y-la-vara-de-medir/
http://haas.uwf.edu/library/library_study/DraftFinal.pdf
Queensland: «Per cada $ 1 invertit pel govern estatal i local a les biblioteques públiques de Queensland, aquestes generen un valor de $ 2,30 a la comunitat en la que s’ubiquen» http://www.ub.edu/blokdebid/es/node/341
http://www.slq.qld.gov.au/__data/assets/pdf_file/0018/226143/the-library-dividend-summary-report.pdf
EE.UU. «el papel de las bibliotecas como elementos para la recuperación económica del país (EEUU) es menos conocido: han contribuido a generar empleo gracias a los servicios y la ayuda prestada a PYMES, emprendedores y autónomos. Public libraries provided services to these small business owners and employees 2.8 million times every month, according to the OCLC report How Libraries Stack Up: 2010”. https://bibliotecas2029.wordpress.com/2013/07/26/reactivacion-economica/
http://www.oclc.org/content/dam/oclc/reports/pdfs/214109usf_how_libraries_stack_up.pdf
También podemos hacer nuestros propios cálculos con esta práctica herramienta para nuestras propias bibliotecas: http://bibliotecas.csic.es/calculador
5. Futuro.
En un futuro próximo conoceremos los resultados del estudio de FESABID «El valor social y económico de los servicios de información.» Veamos de momento la presentación de un avance de este estudio: http://www.fesabid.org/toledo2013/avance-de-la-presentacion-del-estudio-fesabid-el-valor-economico-y-social-de-los-servicio
6. Duda final.
¿Qué hacemos si cuando conozcamos este estudio los resultados no son del tipo de los que esperamos? ¿Tenemos un plan b?
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Nota 13 de agosto: Me informa María Cruz, miembro de la Plataforma de Profesionales de las Bibliotecas de Tenerife (PROBIT) de que hay un error en el texto citado por Eusebio Gómez que transcribo en el post: «Supongo que conocéis la respuesta de los compañeros de Telde a la elementa de PP ¿no? “¡Sí! las bibliotecas dan riqueza señora Castellano pero, lástima que no sea la que prima en este sistema capitalista: una riqueza cultural necesaria para nuestra sociedad.” Esta respuesta no proviene de los bibliotecarios de Telde, sino de PROBIT. Las palabras de Katerina Fleitas (Coordinadora de las Bibliotecas de Telde y del Plan de Lectura de Jinámar) recogidas en el mismo blog de PROBIT son “las bibliotecas son un servicio público y protegido por la UNESCO” que no está “concebido para ganar dinero” y “no se puede pretender hacer negocio con un servicio sostenido por los impuestos de los ciudadanos”.
Disculpad las molestias.
Amadeu Pons
12 de agosto de 2013
Para complementar este excelente artículo, un par de entradas del Observatori professional, del Col·legi de Cataluña:
http://www.cobdc.net/observatori/mercat-laboral/de-la-crisi-i-del-valor-de-les-biblioteques/
http://www.cobdc.net/observatori/visibilitat/sobre-limpacte-de-les-biblioteques-a-la-societat/
Honorio
12 de agosto de 2013
Gracias Amadeu, voy a verlos.
Natalia Arroyo
12 de agosto de 2013
Estoy leyendo estos días el último número de El profesional de la información, en el que se publican algunos artículos en esta misma línea. Por una parte, Margarita Taladriz-Mas desgrana cinco métodos para calcular el valor de los servicios bibliotecarios y se presentan algunas iniciativas españolas y en todo el mundo que pueden completar tu lista, Honorio http://www.elprofesionaldelainformacion.com/contenidos/2013/julio/01.html
Pau Raussell-Köster y otros autores presentan Impatrimonio.es, un servicio web que el impacto económico que un museo, biblioteca, festival o elemento patrimonial genera sobre el territorio http://www.elprofesionaldelainformacion.com/contenidos/2013/julio/06.html
También los artículos de Josep-Maria Rodríguez-Rovira y Pau Rausell-Köster se afirman en esa misma necesidad de cuantificar los servicios bibliotecarios en particular y culturales en general que por fin parece instalarse en nuestro país.
Parece que la crisis por fin nos va a hacer hablar de euros, eso que tan poco nos gusta.
Honorio
12 de agosto de 2013
Gracias Natalia, voy a por ellos.
María Inmaculada Manzano Villarrubia
16 de agosto de 2013
En primer lugar Honorio, mi más sincera enhorabuena por el artículo, muy analítico y reflexivo, cosa en la que muchas opiniones de nuestros políticos deberían basarse antes de expresar a la ligera valoraciones de tal envergadura.
Está claro que España no está pasando por una muy buena situación y que los recortes llegan a todas partes.
Soy licenciada y en documentación y diplomada en biblioteconomía, y actualmente trabajo como auxiliar administrativo (a mucha honra). Me hubiera encantado formar parte de esa plantilla de 14 personas, aunque fuera de las que esta señora afirma que están sobrando, pero después de 3 años de oposiciones a bibliotecas (tal vez no enfoqué mis esfuerzos de la forma adecuada, o siempre todo el esfuerzo realizado es poco y no es el suficiente para estar entre los mejores que ocupan las pocas plazas que se ofertan) y compaginadas con varias becas decidí encaminar mi vida en otra dirección. ¿Por qué? Por economía señores. A veces resulta duro escuchar hablar y hablar de dinero, incluso a veces da hasta asco, pero es así.
Me siento muy afortunada de ser una españolita con trabajo, y por su puesto ciudadana que cotiza a la seguridad social, fondos con los que se financian las Bibliotecas Públicas. ¡Cuidado! Que no es dinero gratuito, es un FONDO DE TODOS Y PARA TODOS, sale de nuestros bolsillos, y no porque sobre, sino porque se invierte en entidades públicas que generarán más riqueza a la sociedad.
Estudiando a fondo el tema de las bibliotecas conseguí darme cuenta que son un lugar en el que se abre la mente, te forman como ciudadano, ¡ojo! como un ciudadano libre (que posteriormente ejercierá su derecho a voto), capacitado para reflexionar, comparar opiniones y fuentes y formar nuestra propia opinión, en definitiva, dejar de ser borregos estando informados y no dejarnos engañar por la opinión del político de turno o las fabulosas-divinitescas series y anuncios televisivos que nos venden una sociedad vacía de principios y materialista al 100%..
A nivel personal, pensad un poco… No sé cuál será vuestra situación, pero pensad en un ciudadano de clase media-baja… Si actualmente a duras penas llega a final de mes y sus hijos acuden al colegio (colegio en el que se necesitan libros, realizar búsquedas en Internet y consultar numerosas fuentes) tal vez no puedan permitirse adquirir esos libros o ofrecerle conexión a Internet y el equipo. A algunos puede parecerles un disparate, pero es la cruda realidad…
Si tenemos una entidad colaborativa, común a todos, en la que se comparten recursos se consume y se produce información y se comparten gastos (en definitiva se ahorra dinero y donde se garantiza a los ciudadanos el acceso a la información), ¿Cómo dar crédito a una afirmación tal?
Señora María del Carmen, con todos mis respetos, usted es abogada… ¿No ha tenido que acudir nunca a una Biblioteca Pública para consultar textos legislativos por ponerle algún ejemplo? En su página web personal, (os dejo aquí el enlace http://maricarmencastellano.com/) señala como una de sus metas aportar su granito de arena a la sociedad… ¿Cree que su afirmación beneficia a la sociedad? Sinceramente yo no lo creo así.
Si personas como María del Carmen Castellano quiere que nos apoyemos en textos (echaré mano a mi vida de bibliopositora), yo le sugiero que acuda a la Biblioteca Pública más cercana y lea detenidamente el Manifiesto de la IFLA UNESCO sobre la Biblioteca Pública, tal vez le haga reflexionar un poco sobre su opinión malinterpretada.
Aunque por su puesto, Señor María del Carmen, el que tiene boca se equivoca, pero el que vive de la prosa política debería cuidar mucho sus argumentos y discursos, que al fin y al cabo es por lo que cobra y es su trabajo velar por los derechos de los ciudadanos y procurar que la riqueza se reparta de forma equitativa.
Compañeros Natalia, Honorio y Amadeu, gracias por los aportes. Los leeré atentamente, tal vez vislumbre alguna razón por la que esta afirmación esté en boca de todos.
Un cordial saludo a toda la comunidad bibliotecaria y profesionales de la información.