Las bibliotecas son aburridas

Posted on 1 de enero de 2015 por

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"Library visitor" por  umjanedoan (CC BY 2.0) en https://flic.kr/p/KXbeu

«Library visitor» por umjanedoan (CC BY 2.0)

No nos engañemos: las bibliotecas son aburridas y no es fácil que dejen de serlo. A algunos bibliotecarios -no muchos, no se crean- quizá les gustaría que las cosas fueran de otra manera; a bastantes bibliotecarios -no a todos, no se crean- les gustan las bibliotecas; unos cuantos bibliotecarios -quizá no tan pocos, no sé yo- hacen que sus bibliotecas resulten realmente entretenidas, interesantes y acogedoras. Pero, insisto, no nos engañemos: la mayoría de los españoles cuando entran, si es que entran, en una biblioteca, obtienen aburrimiento.

He pensado esto tras la lectura de un artículo en el Huffington Post, escrito por Erinn Batykefer y Laura Damon-Moore, bibliotecarias y fundadoras de Library as an Incubator Project, en el que defienden la postura de que las bibliotecas son una cosa distinta de lo que la gente cree. Solo que digo yo que si la gente tiene ideas sobre las bibliotecas distintas de las que tenemos los bibliotecarios hay que hacer algo al respecto, porque alguien está equivocado. Y no necesariamente ellos.

El artículo «Siete mitos sobre las bibliotecas» desgrana uno por uno lo que parecen malentendidos, más que mitos, y que digo yo si no serán realidades. Allá van:

  1. «Las bibliotecas son lugares silenciosos». El callar se va a acabar, dicen, y ofrecen muestras de bibliotecas donde se dan conciertos de vez en cuando. Vale, de acuerdo, una biblioteca puede salirse de sus casillas y dar un concierto en su sala de lectura como un hecho excepcional, que divertirá a algunos, molestará a otros, y desconcertará a bastantes lectores que no habrán terminado de verle la gracia.
  2. «Los clubes de lectura son festivales del bostezo». De nuevo las autoras defienden la postura contraria ofreciendo nombres de bibliotecas que ofrecen un café a los asistentes al club de lectura, o que proponen lecturas que no son las más frecuentes en estas reuniones. Bien: leamos los Episodios Nacionales y bostezaremos ante los comentarios de los miembros del club, o 50 sombras de Grey y no haremos ningún comentario por vergüenza.
  3. «Las manualidades son para niños». No, tener WiFi y dejar entrar a los adolescentes con sus portátiles en la biblioteca para que descarguen películas o entren en juegos en red no es hacer manualidades alternativas. Crear un grupo de ganchillo, corte y confección o patchwork puede ser entretenido pero ¿puedes leer un libro mientras coses una mantita para el sofá? Entonces ¿para qué hacerlo en la biblioteca?
  4. «En las bibliotecas hay libros y poco más». Eso es lo que piensa la gente que anda por la calle, seguramente. Y la mayoría de la gente que entra en las bibliotecas, también. Y ese es el uso que le dan a las bibliotecas: un sitio donde leer, un lugar donde se prestan libros. Aunque también presten películas en DVD (y en VHS en muchas de ellas, dense una vuelta y lo comprobarán). Bueno, también se puede leer el periódico.
  5. «Las bibliotecas son aburridas». Dicen las autoras del artículo que este es el mayor de los malentendidos, y lo hacen con este argumento: las bibliotecas no son solo para empollones, y si lo son, bueno, todo el mundo es un empollón de algo ¿no? Y no, no es así. Uno puede querer enterarse de algo sin ser un empollón.
  6. «Las bibliotecas son para empollones». Ya hemos hablado de esto.
  7. «Las bibliotecas son para los niños». Defienden las autoras del artículo que las bibliotecas, siendo lugares para el aprendizaje, destinan muchos recursos a los niños, pero que también son capaces de enseñar cosas a los adultos. Y mencionan la alfabetización digital, esa gran desconocida -en las bibliotecas como en todos los ámbitos de la enseñanza, desde el colegio a la universidad.

Hasta aquí la evidente refutación del artículo de nuestras bienintencionadas colegas estadounidenses de Library as an Incubator Project. Ahora me gustaría ver refutaciones a esta refutación. Y ya puestos, me gustaría ver en un periódico de tantísimo alcance como el Huffington Post, por poner este ejemplo, un artículo con datos, nombres y ejemplos de lugares reales, de bibliotecas donde los lectores españoles puedan ir y encontrar otra cosa que aburrimiento.

Anímense.

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Posted in: Caña