Comparado con el libro impreso, el libro-e puede producir (¿o no?) los mismos efectos sobre el lector e, incluso, puede igualar los ingresos del autor o la editorial pero es distinto en todo lo demás. Desde el imprescindible dispositivo de tecnología compleja necesario para acceder a la lectura hasta la forzada y excesiva uniformidad de formatos de lectura, siempre limitados por las dimensiones y características de la pantalla, representan ofertas distintas.
Una de las cuestiones candentes en el negocio digital de las editoriales es el de los derechos sobre los libros que adquieren los lectores. Con el libro en papel la cuestión estaba clara: el contenido intelectual es propiedad de los autores y/o de la editorial, el objeto “libro” es propiedad del comprador. Sin embargo, el libro digital no es propiamente un objeto y su adquisición para empresas como Amazon es más un depósito temporal (lo venimos comentando en algunas entradas de este blog) que una compra en toda regla. Ahora, Amazon da una nueva vuelta de tuerca a la enmarañada cuestión de los derechos de propiedad al registrar una patente sobre la reventa digital ¿Qué está preparando? ¿Qué es un objeto digital usado?Y, sobre todo, ¿ha cambiado el concepto propiedad para la gran cadena ? Esto supondría un cambio radical en la pugna por el préstamo de libros electrónicos en las bibliotecas: si se reconoce la propiedad y el derecho a vender un bien adquirido desaparecen las limitaciones para su préstamo en bibliotecas y la obligación actual de pagar cada año por algo ya comprado.
Amazon, preparada para vender libros-e usados
El modelo de negocio de Amazon acoge desde hace mucho tiempo a distribuidores de libros usados y otras mercancías de segunda mano. Sin embargo, a tenor del contenido de una patente que registró la semana pasada Amazon Technologies en Reno, Nevada, el mega-minorista se interesa ahora por la reventa digital, incluyendo descargas de audio y libros electrónicos usados. Según el resumen, Amazon creará un mercado secundario para objetos digitales usados que hayan sido comprados por un usuario a un vendedor original y que se almacenarán en el área personalizada de dicho usuario.
ReDigi, empresa con sede en Boston, abrió el primer mercado para música digital de segunda mano a finales de 2011: redigi.com. Si se resolviera favorablemente una demanda que interpuso Capitol Records ante el Tribunal de Distrito de Manhattan sobre el modo en que ReDigi gestiona las descargas de música, la empresa prepara planes de expansión hacia los libros electrónicos y otros artículos digitales. En un comunicado de prensa emitido ayer [06/02/2013], ReDigi comentó que “la patente de Amazon es una prueba más de que el mercado secundario es el futuro de lo digital y que no hay vuelta atrás.”
Actualización [12/02/2013]: documento de la patente (visto en Geeks are sexy)
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Imagen bajo una licencia Creative Commons Attribution-Noncommercial-Share Alike Autor: walexm311
Honorio
11 de febrero de 2013
Miren lo que dicen en DELIBROS: «Con esto, Amazon propone un modelo de compraventa entre consumidores. Sin embargo, en tiempos de almacenamiento casi ilimitado en la nube, ¿por qué alguien se desprendería de un contenido? por sacar un dinero para comprar nuevos contenidos, limpiar y ordenar el móvil, tableta o libro electrónico en el que se han hecho las descargas.»
Es un plantemiento miope: uno no se desprende de un libro para hacer sitio, sino para compartirlo, cosa a la que no está muy acostumbrada la industria editorial, pero en lo que los bibliotecarios somos, ejem, especialistas.
Honorio
12 de febrero de 2013
Dice Sarah Houghton aka Librarian in Black @TheLib: